Hoy os vamos a exponer el trabajo de fin de curso de técnico veterinario en asistencia y recuperación de especies salvajes (ATV Exóticos) de nuestra querida Enma Romero, vamos a conocerla un poco más en detalle y exploremos juntos su proyecto sobre el chimpancé.
Motivaciones: crecer y desarrollarse profesionalmente, seguir aprendiendo, trabajar en un buen ambiente con buenos profesionales, ayudar a pacientes y propietarios.
Capacidades: trabajo en equipo, rápido aprendizaje, manejo de animales domésticos, exóticos y salvajes. Asistencia en cirugía, preoperatorio y postoperatorio. Asistencia en procedimientos veterinarios y laboratorio. Atención al cliente y cuidado de animales.
Experiencia:
- ATV en Hospital Veterinario Altai. Voluntariado. 2019 – Actualidad.
- ATV de quirófano en Hospital Veterinario Puchol. Contrato de prácticas. Junio 2023 – Agosto 2023.
- Cuidadora de aves rapaces en Fauna y Acción. Voluntariado. Diciembre 2022 – Enero 2023.
- Cuidadora de perros y gatos a domicilio. 2019 – 2023.
Tabla de contenidos
Trabajo de fin de curso
El chimpancé (Pan troglodytes) y cómo sus particularidades influyen en su mantenimiento en cautividad. Revisión bibliográfica.
Resumen
Revisión bibliográfica sobre el chimpancé (Pan troglodytes) y cómo sus particularidades sociales, comportamentales y cognitivas influyen en su mantenimiento en cautividad.
Estudio completo del chimpancé, desde la taxonomía y las principales características de la especie, pasando por su comportamiento y reproducción en libertad, las condiciones que se deben recrear en cautividad para asegurar su bienestar, y el estado actual de la especie, hasta los protocolos de manejo, anestesia, medicina preventiva y sus principales patologías.
Palabras clave: chimpancé, particularidades, cautividad, taxonomía, características, comportamiento, reproducción, condiciones, bienestar, estado, protocolos, manejo, anestesia, medicina preventiva, patologías.
Abstract
Literature review about chimpanzees (Pan troglodytes) and how its social, behavioral and cognitive special features affect their captivity.
Complete study of the chimpanzee, from their taxonomy and their main characteristics, through their behavior and reproduction at liberty, the requirements that must be recreated in captivity to guarantee their welfare, and the species ́ current status, to the protocols of handling, anesthesia, pre-emptive medicine and their main diseases.
Key words: chimpanzee, features, captivity, taxonomy, characteristics, behavior, reproduction, requirements, welfare, status, protocols, handling, anesthesia, pre-emptive medicine, diseases.
Fuente gráfica: https://www.nationalgeographic.es/
Justificación
El chimpancé es la especie más cercana genéticamente al humano (compartiendo un 98,6-99,4% del ADN con nosotros), lo que le otorga algunas características físicas, comportamentales y cognitivas similares a las nuestras y muy diferentes a las de otras especies. Esta serie de peculiaridades influyen en su mantenimiento en cautividad (que puede llegar a suponer un reto si se quiere asegurar su completo bienestar), así como en su manejo o en las patologías que les afectan.
Especie
Dentro del género “Pan” se encuentran Pan troglodytes (el chimpancé común, en el cual se centra este trabajo) y Pan paniscus (el bonobo). A su vez, dentro de Pan troglodytes existen cuatro subespecies: El chimpancé de África del este o chimpancé oriental (Pan troglodytes schweinfurthii), el chimpancé de África del oeste o chimpancé occidental (Pan troglodytes verus), elchimpancédeÁfricacentralochimpancécentral(Pantroglodytestroglodytes)yel chimpancé de Nigeria-Camerún (Pan troglodytes ellioti).
Taxonomía
Los chimpancés comparten taxones con los humanos hasta el nivel de “género”, en el cual ellos pertenecen al género “Pan” y nosotros al género “Homo”.
Filo Cordados (Chordata)
Subfilo Gnatostomados (Gnathostomata)
Superclase Tetrápodos (Tetrapoda)
Clase Mamíferos (Mammalia)
Orden Primates
Suborden Catarrhini
Familia Hominidae Género Pan
Especie P.troglodytes
Particularidades anatómicas y fisiológicas
Su rama evolutiva se separa de la de los humanos hace 6 millones de años por el proceso de divergencia evolutiva. Biológicamente se clasifican dentro del grupo “monos antropoides”, en el que también se encuentran gibones, orangutanes y gorilas, lo que nos da una idea del parecido con los humanos.
Presentan una estatura de 0,91-1,50 m de forma bípeda o 80 cm de forma cuadrúpeda y poco dimorfismo sexual, siendo los machos (40-60 kg) más grandes que las hembras (30-47 kg). Tienen un cuerpo grande y robusto, con el torso corto, el pecho ancho, y cubierto por pelo negro a excepción de cara, orejas, manos y pies. En estas zonas su piel es rosa en un principio y va oscureciéndose con la edad. También tienen un mechón blanco en la zona caudal (parte final de la espalda) que va desapareciendo, y van perdiendo el pelo de la cabeza con la vejez.
Al igual que los humanos, los chimpancés no presentan cola, y tienen manos y pies grandes con dedos largos excepto los pulgares, que son más cortos y oponibles, lo que les permite hacer pinza con pulgar e índice.
Esta característica única de los primates les otorga capacidad y precisión de agarre, lo cual tiene relevancia en su manejo, ya que por ejemplo son capaces de quitarse los dardos de las armas anestésicas impidiendo su efecto. Tienen la cabeza redondeada, grandes orejas de forma similar a las nuestras, nariz plana y ancha, grandes arcos superciliares (“cejas” prominentes), dientes grandes y fuertes caninos, sus labios sobresalen de la altura del mentón y tanto machos como hembras presentan barba blanca.
Son capaces de realizar muchas expresiones faciales diferentes; y el olfato, la visión y el tacto son muy importantes en sus relaciones sociales.
Fuente gráfica: https://boneclones.com/
Anatómicamente, los chimpancés podrían hablar como los humanos, dado que tenemos aparatos fonadores similares, pero la limitación se encuentra en el encéfalo.
Sus extremidades anteriores son mucho más largas que las posteriores, por lo que caminan apoyándose en los nudillos de las primeras, de forma cuadrúpeda, lo que les otorga mayor agilidad y velocidad; aunque también pueden caminar de forma bípeda. Presentan hábitos arbóreos y diurnos, siendo capaces de balancearse de rama en rama gracias a su fuerte musculatura braquial.
Tienen una esperanza de vida de 45-60 años en libertad y más de 60 en cautividad y un gran tamaño cerebral. El tamaño relativo de la corteza prefrontal, es decir, la proporción de corteza prefrontal (relacionada con el nivel de cognición) respecto al tamaño total del cerebro, es del 35% en los chimpancés, sólo un 3% menor que el de los humanos, lo que nos da una idea de su enorme inteligencia.
Hábitat y distribución
El hábitat de los chimpancés se limita al cinturón ecuatorial africano, existiendo individuos en libertad únicamente en 21 países del centro de África.
Los chimpancés se distribuyen por la orilla derecha del río Congo (compartiendo hábitat con los gorilas), mientras que los bonobos quedan separados por esta barrera geológica en la orilla izquierda, por lo que sus territorios no se superponen.
Habitan principalmente en bosques tropicales y subtropicales húmedos o secos, aunque también existen grupos en hábitats tan diferentes a estos bosques como las sabanas.
Fuente gráfica: https://janegoodall.es/
Alimentación y dieta
Los chimpancés son omnívoros y oportunistas. A diferencia de muchos otros animales, no recogen los alimentos directamente con la boca, sino que comen con las manos. Son capaces de crear herramientas para ayudarse en la obtención del alimento, como piedras o piezas de madera para romper cocos y nueces, palos o tallos para sacar termitas y hormigas de sus escondites…
En libertad, se alimentan principalmente de frutas (que conforman el 60% de su dieta), hojas (el 21% de esta) y otras partes de las plantas (como tallos, semillas, flores…), nueces, miel, setas, huevos e insectos (sobre todo termitas). En ocasiones cazan mamíferos de medio tamaño, como colobos rojos (otro tipo de primate), para lo cual se requiere la cooperación de grupos de machos que después comparten la presa. Los alimentos de origen animal en conjunto suponen el 5-10% de la dieta. También consumen plantas medicinales para eliminar parásitos intestinales.
Esta especie pasa gran parte del día buscando su alimento, por lo que se debe intentar mantener ese comportamiento en cautividad. Para ello, podemos ofrecerles alimentos que requieran cierto tiempo de manipulación para poder ser consumidos, como apio, alcachofas o caña de azúcar. Otras formas de aumentar el tiempo que tardan en conseguir su alimento serían: la incorporación de comedores-puzzle en el recinto, la dispersión de semillas sobre el sustrato de forma que tengan que utilizar su sentido de la vista y del olfato para encontrarlas, colgar frutas en altura para incitarlos a trepar…
Además, su dieta en cautividad debería mantener en la medida de lo posible los porcentajes vistos en libertad, a excepción de la fruta, que contiene muchos azúcares. Así, se recomienda que su dieta diaria esté compuesta en un 45-50% por verduras de hojas verdes (evitando la lechuga, ya que no aporta muchos nutrientes), por menos del 25% de fruta y en un 1-5% por insectos y carne. También se les debe aportar un 15-25% de alimento seco, como galletas de proteína, bajas en calorías y ricas en fibra.
Todos los elementos en conjunto deben aportar suficientes vitaminas y minerales, un bajo porcentaje de grasas (entre el 3-4%) y un alto porcentaje de fibra (10-12%). Este último puede obtenerse ofreciendo frutas duras (como manzanas o peras), crudas y con cáscara, que es la parte que contiene la fibra. También tienen un alto contenido en fibra vegetales como la batata y la patata, la remolacha, vegetales de hojas verdes, ramas y hojas (como hojas de maíz o plátano), el heno y los cereales de avena.
El Requerimiento Energético para Mantención (REM) de un chimpancé de 76,5kg es de 1800-2600 kcal diarias (dependiendo de las condiciones de temperatura)
Con una dieta adecuada, no sería necesario el uso de suplementos, pero los chimpancés necesitan un aporte diario de vitamina C. En cuanto a la vitamina D, se han visto déficits en animales sin acceso a zonas exteriores (lo que puede provocarles enfermedad ósea metabólica), por lo que es importante tanto un aporte adecuado como la exposición a rayos ultravioleta (de forma directa o mediante bombillas o fluorescentes de espectro natural) para que esta se transforme y se absorba correctamente. También se deben evitar productos con exceso de hierro (excepto si el animal está siendo tratado específicamente por anemia ferropénica o es una hembra preñada)
En cuanto a alimentos tóxicos, por lo general todos aquellos que lo son para las mascotas lo serán también para los chimpancés, como por ejemplo el aloe vera, el laurel, los claveles, la manzanilla…
Comportamiento
Socialización
Los chimpancés son animales muy sociables, más que cualquier otro primate. Viven en comunidades de fisión-fusión de numerosos machos y hembras de todas las edades. En este tipo de comunidades, los animales forman asociaciones temporales en grupos más pequeños, que pueden estar formados sólo por machos adultos, por machos y hembras, por individuos solitarios, o por una o varias hembras con su descendencia; deshaciéndose para ciertas actividades y formándose otras combinaciones. Las comunidades en general están formadas por unos 35 miembros de media, pero pueden ser de entre 15 y 100, siendo la más grande de la que se tiene constancia de 150. Cada comunidad está formada por un macho alfa o líder dominante (que en ocasiones forma coaliciones con otros machos) y tiene una jerarquía muy marcada.
Los machos se separan de su familia durante la adolescencia, se cree que debido a que no tienen un macho referente en el núcleo familiar y deben aprender lo necesario para sobrevivir por su cuenta. De esta forma, crean asociaciones con otros machos jóvenes y vuelven a la comunidad cuando consiguen su objetivo. Por el contrario, las hembras permanecen mucho tiempo junto a sus madres, ya que ellas sí tienen una hembra como referente, aprendiendo de sus comportamientos y ayudándola a cuidar de las nuevas crías, a la vez que reciben protección por parte de la madre. Sin embargo, esta situación se invierte con el tiempo, siendo los machos quienes permanecen el resto de su vida desde que regresan en la comunidad en la que nacieron, mientras que algunas hembras jóvenes se independizan tras haber alcanzado la madurez y haber aprendido todos los comportamientos necesarios. Esto implica que todos los machos de una comunidad están emparentados entre sí, y son las hembras quienes favorecen la variabilidad genética al reproducirse con machos de otras comunidades. Debemos tener esto en cuenta en cautividad a la hora de trasladar animales de un centro a otro para evitar la aparición de endogamia; lo mejor será trasladar hembras jóvenes que serán mejor acogidas en el nuevo grupo que los machos.
El acicalamiento consiste en la eliminación de ectoparásitos con la mano por parte del propio individuo o de otro. Se trata de un comportamiento muy importante ya que, aparte de permitirles mantenerse limpios, refuerza los vínculos entre ambos individuos, estimula la secreción de endorfinas (hormonas que disminuyen sus niveles de estrés) y disminuye el ritmo cardiaco.
Los chimpancés realizan trueques o intercambios de recursos o servicios, como por ejemplo apoyo en interacciones agresivas por carne, acicalamiento por acicalamiento, relaciones sexuales por carne… Con estos intercambios se benefician ambas partes y se ha observado que, en ocasiones, uno de los animales ofrece su recurso o su servicio y el otro cumple con su parte del intercambio a largo plazo.
Presentan comportamientos altruistas, como adoptar a crías huérfanas que no están emparentadas con ellos; conductas afiliativas, que fomentan la creación de vínculos y relaciones entre individuos; y conductas agonísticas, como demostraciones de fuerza, amenazas y agresiones.
Se han observado casos de amistades firmes y duraderas entre algunos chimpancés, a los que siempre se ve juntos, llamándose en el momento que se separan para volver a encontrarse e incluso compartiendo nido. Este tipo de relación se da principalmente en machos, aunque también existe algún caso en hembras.
Por las noches suben a los árboles y construyen nidos en los que duermen para defenderse de los depredadores, como leopardos y sobre todo machos de otras comunidades.
Los chimpancés machos adultos se unen en grupos de alimentación y vigilan juntos los límites del territorio de la comunidad, defendiéndolo activamente y mostrando interacciones muy agresivas con las comunidades vecinas.
Uso de herramientas
Los chimpancés son capaces de crear y utilizar una gran cantidad de herramientas tanto en libertad como en cautividad.
Suelen disponer de sets de herramientas, es decir, no utilizan una sola, sino una combinación de varias para conseguir diferentes objetivos o bien un único objetivo. Esto último requiere de un proceso cognitivo complejo, ya que deben emplear las herramientas de forma adecuada en un orden determinado para que sean útiles. En menor medida, se ha estudiado el uso de herramientas complejas formadas por dos o más elementos, siendo las más extendidas las esponjas de hojas (comprimen varias hojas para formar una masa que absorba el agua de los agujeros de los árboles) y las cuñas de piedra, que introducen debajo de otra piedra más grande (que está actuando como yunque para triturar alimento) de forma que la nivelan si se encontraba inclinada para hacerla más eficiente. A pesar de que otros animales son capaces de utilizar herramientas, los chimpancés son los únicos que emplean un mismo material para fabricar varias herramientas diferentes (por ejemplo, emplean hojas para capturar termitas, fabricar esponjas y fabricar servilletas para limpiarse) y que fabrican una herramienta determinada con materiales diferentes (por ejemplo, para capturar termitas emplean las hojas, ramas, tallos o cortezas).
Este comportamiento requiere un gran nivel de cognición y un complejo procesamiento del medio físico, además de aprendizaje social para utilizarlas con destreza. Aparte de las descritas en el apartado de alimentación, con las que se ayudan a obtenerlo, también utilizan herramientas con otros fines, como hojas a modo de esponjas para limpiarse el barro, como papel higiénico o para frotar heridas abiertas, palos para excavar… E incluso como armas arrojadizas, lanzando palos o piedras para defenderse o defender a otros miembros de la comunidad. Además, existen diferencias regionales; por ejemplo, los chimpancés occidentales (Pan troglodytes verus) son los únicos que utilizan dos piedras o dos troncos a modo de martillo y yunque para abrir frutos secos. El aprendizaje necesario para utilizar estas herramientas se transmite a las siguientes generaciones, que adquieren ese conocimiento y perpetúan su uso mediante observación, imitación y práctica.
También se ha demostrado que pueden manipular o cambiar la forma de los objetos para mejorar su eficacia como herramientas, por ejemplo, eliminando ramas laterales para dejar solo una rama recta, o doblando la parte final de un palo recto para crear un gancho. Se han llevado a cabo experimentos con chimpancés que no habían utilizado nunca herramientas, descubriendo que tienen una capacidad de imitación similar a la de los niños de 2-3 años.
Comunicación
La comunicación forma una parte muy importante de las relaciones entre chimpancés. Utilizan gran variedad de gestos, vocalizaciones (se han descrito más de treinta tipos) y expresiones faciales y corporales para saludarse, consolarse, indicar su estado de ánimo, mostrar sumisión o dominancia, advertir de la presencia de un peligro… También se comunican desde la distancia mediante un tipo de vocalización denominada “pant-hoot”, que es única para cada individuo y permite que el resto de la comunidad lo reconozca sin necesidad de verlo. Para su cuidado y manejo es importante saber la diferencia entre la expresión de miedo y la de diversión, puesto que son similares pero tienen implicaciones y connotaciones muy diferentes: En la expresión de diversión (durante el juego o cuando se ríen) solo enseñan los dientes inferiores, mientras que en la de miedo muestran todos los dientes, apretándolos, lo que podría conducir a una agresión inminente si se sienten amenazados.
Una de las formas más complejas de comunicación estudiadas en chimpancés es la lengua de signos humana (ASL). No solo se ha conseguido enseñar más de 250 signos a algunos individuos en cautividad, sino que esos mismos individuos han sido capaces de enseñar esta lengua a otros chimpancés, que la han aprendido sin necesidad de reforzadores humanos como ocurría en el primer grupo. Además la han utilizado para comunicarse entre ellos, transmitiéndola de generación en generación y demostrando que los chimpancés adquieren el lenguaje usado por su familia.
Inteligencia
Los chimpancés poseen habilidades prematemáticas, son capaces de clasificar elementos en diferentes categorías específicas en base a un criterio, poseen alguna forma de autoconcepto puesto que son capaces de reconocerse a sí mismos en el espejo, hacen planes para su futuro inmediato y tienen capacidad de planificación y prospección. Estas dos últimas características se han demostrado mediante la observación de individuos en libertad, donde se les ha visto preparar herramientas que iban a necesitar en un lugar fuera de su campo visual al que iban a desplazarse a continuación, trasladar herramientas al lugar habitual de alimentación, guardar herramientas para reutilizarlas en el futuro… Esto implica que recuerdan qué herramienta van a necesitar, dónde y cuándo, y puede ser algo que implementar en cautividad, depositando materiales que pueden servirles como herramientas en un lugar alejado de donde depositemos el alimento.
Varios estudios demuestran que, tras los humanos, los chimpancés son los animales con mayor capacidad estética; prefieren las formas rítmicas y simétricas, los colores primarios a la mezcla de estos, los brillantes a los apagados, y los que producen mayor contraste. Prefieren el azul y el verde al rojo, y se ha comprobado que la luz verde disminuye su nivel de estrés, lo que también puede tenerse en cuenta en cautividad como parte del enriquecimiento ambiental visual (sensorial).
Mediante una serie de experimentos se descubrió que los chimpancés son capaces de atribuir conocimientos a terceros, reconocer el campo visual de otros siguiendo su mirada y engañar a sus compañeros para obtener algún beneficio propio. Se observó que escondían comida del macho dominante o elegían las piezas fuera de su campo visual para evitar un enfrentamiento, que vigilaban los lugares en los que otros individuos habían encontrado comida, y que tomaban decisiones en base a lo que otros habían visto, recordando si estos lo habían hecho o no y atribuyéndoles ese conocimiento específico (por ejemplo si el macho dominante había visto dónde se escondía la comida, el otro individuo no la recogía; mientras que si el macho dominante no sabía que el alimento se encontraba allí, sí que la recogía aprovechándose de la situación).
También se ha demostrado que, a diferencia de los niños humanos, los chimpancés no son imitadores sino emuladores, es decir, no repiten cada comportamiento que observan paso por paso, sino que se centran en lo más relevante para el objetivo que deseen conseguir. Por ejemplo, un niño y un chimpancé observaron a un humano utilizando una herramienta para sacar una recompensa de una caja-acertijo, realizando acciones relevantes e irrelevantes para ello. El niño repitió (imitó) ambos tipos de acciones, mientras que el chimpancé repitió únicamente las acciones relevantes para obtener el premio (emulación), siendo más eficiente.
Reproducción
Los machos alcanzan la madurez sexual a los 11-12 años en libertad, mientras que en cautividad esta edad se adelanta incluso a los 6 años y a los 8-9 son físicamente similares a un chimpancé adulto. Las hembras tienen su primer celo a los 9-10 años en libertad, mientras que en cautividad puede suceder varios años antes, pero no se quedan preñadas hasta los 13-14 años, aunque de nuevo en zoológicos se han visto partos en hembras de hasta 5-6 años. A partir de ese momento, tendrán una cría o dos cada 5-6 años.
El ciclo reproductivo de las hembras es de 36 días (son poliéstricas). Durante el estro, se puede observar hematuria, y se aprecia una progresiva inflamación genital, perianal y perineal hasta el momento de la ovulación, a partir del cual se reduce de nuevo la inflamación. Durante este periodo, los machos se ven altamente atraídos por la hembra y pasan la mayor parte del tiempo con ella, aunque la cópula ocurre durante cualquier momento del ciclo e incluso durante la gestación.
Al ser poliéstricas, se reproducen durante todo el año, y la gestación dura 240 días (unos 8 meses). El parto tiene lugar normalmente por la noche, en un nido fabricado por la madre previamente, y la cría nace en la misma posición que los bebés humanos, con la cabeza por delante mirando hacia la espalda de la madre. Dura pocas horas o incluso menos, la madre se aleja del resto del grupo por lo que no es asistida por otros chimpancés, y apenas emiten vocalizaciones de dolor a menos que existan complicaciones.
Fuente gráfica: https://www.wrc.kyoto-u.ac.jp/
Normalmente paren una única cría (aunque pueden darse casos de mellizos) a la que cuidan durante 4-5 años, presentando cuidados parentales intensos.
Las hembras son capaces de reproducirse hasta los 50 años aproximadamente (al igual que las mujeres humanas), dando lugar a unas 9 crías a lo largo de su vida reproductiva, aunque solo un tercio de ellas sobreviven durante la etapa infantil.
Las crías son totalmente dependientes de su madre durante su primer año de vida; siendo transportadas por esta en su espalda desde los 6 a los 12 meses. Tras este tiempo, comienzan a explorar el entorno sin separarse de su madre, quien aparte de ofrecerles alimento y protección, les enseña todo lo que deben saber para poder sobrevivir sin ella. Por ello, es un elemento clave en el aprendizaje y en el correcto desarrollo de la cría, que podría verse afectada en el futuro por un insuficiente cuidado maternal. A los 4-5 años se producirá el destete, lo que marca la transición de infancia a juventud, pero no será hasta los 6-9 años que los individuos se independizarán por completo, forzado también por el nacimiento de una nueva cría que requiere toda la atención de la madre (cuando la anterior deja de lactar, la madre recupera el ciclo sexual y vuelve a quedarse preñada).
Si la madre muriese durante el periodo de lactancia, la cría sería adoptada por sus hermanos mayores en caso de tenerlos o por otros miembros del grupo no emparentados con ella (menos frecuentemente), pero disminuirían drásticamente sus probabilidades de sobrevivir.
En cuanto al cortejo, se da principalmente mediante comportamientos agresivos y posesivos de un macho hacia una hembra fértil en estro con la que forma una pareja (viajan juntos durante varios días, separados del resto del grupo), aunque en mayor medida tienen lugar apareamientos promiscuos.
Para la cría de chimpancés en cautividad se recomienda la monta natural; aunque recientemente se está implementando la inseminación artificial con relativa tasa de éxito. Para lo último, se ha conseguido entrenar a los machos para recolectar muestras de semen de forma voluntaria (mediante vagina artificial y refuerzo positivo), y a las hembras para conseguir realizarles procesos de inseminación voluntarios.
Condiciones de alojamiento y mantenimiento en cautividad
El recinto debería tener unas dimensiones adecuadas al número de individuos que contenga. Se recomiendan 185,8 m2 y más de 6,1 m de altura para grupos de hasta 5 individuos; y por cada individuo adicional a partir de estos 5 habría que añadir 92,9 m2 (por ejemplo, 10 individuos necesitarán 650 m2), pero debemos intentar aportar siempre el mayor espacio posible del que dispongamos. También se recomienda que tengan acceso a zonas exteriores (se puede añadir un techo de malla para evitar fugas) para un aporte natural de luz UVB.
En los bosques tropicales y subtropicales no incide demasiada luz solar directa debido a la densidad de la vegetación, por lo que no sería necesario que el recinto estuviera limitado por vidrieras o vallas de alambre en todos sus laterales, sino que podrían dejarse los necesarios para la correcta observación por parte de cuidadores o visitantes, y utilizar materiales opacos (como madera o concreto) para el resto de muros de contención, lo que también permitiría, junto con otras barreras visuales, la creación de espacios aislados de los humanos para momentos en los que los animales necesiten mayor resguardo o intimidad, restringiendo la zona expuesta al público y reduciendo el efecto negativo de este sobre su bienestar.
El sustrato de cemento se ha relacionado con la aparición de enfermedades articulares debido a su dureza, por lo que lo ideal sería utilizar sustratos naturales como tierra, cortezas y piedras en diferentes zonas, que son más blandos y adecuados para ellos. Debería aplicarse un gran grosor de este sustrato sobre una superficie sólida con drenaje, de forma que el agua y la orina acumuladas en el sustrato se irán filtrando a través de este, mientras que las heces deberán ser recogidas a diario, y cada 2-3 años habrá que cambiar el sustrato por completo.
También es importante no situar su instalación junto a la de depredadores naturales como el leopardo, ya que aumentaría su nivel de estrés por la proximidad de un potencial peligro, al que podrían oler, escuchar, e incluso ver.
Además es esencial incluir zonas de cuarentena, áreas de introducción/presentación de nuevos individuos (espacios con contacto protegido físico y olfativo), estaciones de pesaje, áreas de recolección de orina, una zona para crianza asistida por humanos cerca del grupo o una guardería (no visibles por el público para no afectar a la cría), áreas para procedimientos médicos básicos sin necesidad de extraer los animales del recinto, áreas de aislamiento para individuos que deban ser separados del grupo temporalmente, y zonas de contención a las que accedan voluntariamente tras entrenamiento (para evitar el uso de anestesia).
Por último, y en especial en esta especie con un nivel de desarrollo cognitivo tan elevado, debemos satisfacerlo mediante enriquecimiento ambiental para asegurar su completo bienestar y evitar o reducir al máximo la aparición de problemas derivados de la cautividad, como estereotipias. Para ello, añadiremos los siguientes tipos de enriquecimiento: Enriquecimiento social: Lo ideal sería que varios animales compartieran recinto para satisfacer su gran comportamiento social, ya que en libertad viven en comunidades, pero que pudieran mantener cierta distancia entre ellos si fuera necesario (en libertad tienden a huir para evitar conflictos, pero si no tuvieran suficiente espacio podrían aumentar las agresiones).
En cautividad suelen formarse grupos de un macho con varias hembras, para evitar peleas entre machos por el liderazgo, pero si el espacio y la configuración (barreras visuales y escondites) del recinto lo permite, lo ideal es juntar cuantos más ejemplares mejor, para favorecer las interacciones sociales (se recomienda formar grupos de 3 machos y 5 hembras). Enriquecimiento estructural: Deberían recrearse las condiciones ambientales de su hábitat en el recinto (temperatura de 15,6-29 oC, humedad del 30-70%, 12 horas de luz/oscuridad con bombillas de espectro natural para la correcta síntesis de vitamina D si no tienen acceso a zonas exteriores, ventilación adecuada) y que este se parezca lo máximo posible a dicho hábitat (bosques tropicales y subtropicales; con una gran cantidad de plantas que ingerirán en parte debido a su dieta).
Dado que en libertad pasan parte de su tiempo (principalmente las horas de oscuridad) subidos a los árboles, el recinto debería contener varios a una distancia que les permita saltar de unos a otros para estimular este comportamiento y la actividad física que requiere, o bien elementos artificiales que imiten su estructura (como palos, cuerdas, plataformas, balancines, hamacas…), además de proporcionarles materiales (heno, paja, ramas, hojas, mantas, etc) para que puedan construir nidos en ellos si así lo desean (puede mantenerlos entretenidos y estimulados mentalmente durante el proceso de construcción del mismo, y en libertad pasan la mitad de su tiempo en ellos).
Además, se pueden ir añadiendo y retirando poco a poco objetos como troncos, imitaciones de rocas naturales, cajas de alimentación, juguetes de plástico, maracas, etc., lo que los mantiene estimulados constantemente y genera una sensación de novedad. También podrían añadirse pulsadores que accionen duchas (que contribuirían además al mantenimiento de la humedad en el recinto, junto con rociadores/atomizadores), fuentes de agua y arroyos de poca profundidad (es muy importante asegurarse de que tienen la profundidad adecuada, ya que los ahogamientos son una de las principales causas de muerte de chimpancés en cautividad puesto que no saben nadar) para los meses más cálidos; y rocas climatizadas o pisos térmicos para los más fríos.
Esto último es muy importante para su mantenimiento en cautividad en regiones no ecuatoriales, debido a que en libertad se encuentran en la zona ecuatorial y las temperaturas son constantes todo el año.
Enriquecimiento ocupacional: Aparte de los árboles para trepar (enriquecimiento físico) y los materiales para la construcción del nido (enriquecimiento físico y psicológico) mencionados en el apartado anterior, también pueden añadirse termiteros artificiales para que desarrollen el comportamiento mencionado en el apartado de alimentación, utilizando instrumentos (como palos o tallos) que encuentren por el recinto para extraer las termitas (enriquecimiento psicológico).
Enriquecimiento alimentario: Puede darse de dos formas, variando el tipo de alimento (añadiendo alimentos novedosos en ocasiones, premios exclusivos de entrenamiento, etc) y su modo de presentación. Para esto último, se pueden modificar la frecuencia, los horarios, el tiempo que tardan en conseguirlo (cuanto más mejor, ya que en libertad pasan el 50-60% de su tiempo buscando alimento)… Se puede aumentar ese tiempo utilizando puzzles alimentarios (muy usados en primates), repartiéndolo por diferentes zonas del recinto (lo que además evita peleas entre el macho dominante y el resto de animales), escondiéndolo entre los elementos del recinto (por las rocas, termiteros, árboles…). Lo mejor sería aportar el alimento en diferentes horarios y en varias tomas a lo largo del día para evitar conductas anticipatorias, que aumentan la agresividad y las estereotipias.
Enriquecimiento sensorial: Uso de música instrumental lenta o sonidos de la naturaleza (oído), televisiones, espejos convexos u objetos azules o verdes (vista), zonas de las paredes con textura rugosa que puedan utilizar para rascarse (tacto), distribución de plantas aromáticas o especias como menta y romero por distintas zonas del recinto (olfato)… Enriquecimiento por interacción con humanos: Por interacción con el personal del centro de forma voluntaria y reforzado positivamente. Mediante este tipo de entrenamiento se ha llegado incluso a conseguir que algunas hembras aprendan a criar adecuadamente a sus crías. Dentro de este tipo se encuentran también los entrenamientos veterinarios, que ayudan en el manejo evitando el uso de sedantes o inmovilización física, y a la vez mejora el bienestar de los animales estimulándolos física y psicológicamente.
Si no cubrimos por completo sus necesidades físicas y psicológicas, aparecen los problemas derivados de la cautividad, como agresiones y estereotipias a causa de un recinto sin suficientes estímulos, lo que les obliga a autoestimularse a través de acciones como el pacing (desplazamiento repetitivo por la instalación), la automutilación, el exceso de acicalamiento, la coprofagia, la regurgitación/ingesta constante de alimento, chupándose el dedo, balanceándose… Estas acciones también pueden darse por una falta de bienestar en el pasado, por la frecuencia y cantidad de visitantes, por su manejo o alimentación, por el tamaño del recinto…
Otros datos de interés
La UICN clasifica a los chimpancés en la categoría “en peligro de extinción/amenazado” desde 2016, y la subespecie P. troglodytes verus se encuentra “en peligro crítico de extinción”. Se calcula que quedan unos 150.000-250.000 chimpancés comunes, por lo que es una especie protegida por leyes nacionales e internacionales en todos los países y su comercio está prohibido (tanto el de animales vivos como el de sus partes), perteneciendo al Apéndice I del CITES y al Anexo A de la UE.
La AZA también incluye al chimpancé en su Plan de Supervivencia de Especies, y la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA) clasifica a los chimpancés en dos categorías de conservación: A los chimpancés silvestres “en peligro de extinción” y a aquellos que nacen en zoológicos como “amenazados”, lo que implica que estos últimos pueden utilizarse con fines comerciales (compraventa y reproducción) y de investigación (se les pueden realizar procedimientos biomédicos invasivos).
Las principales amenazas para esta especie son: en primer lugar, la caza furtiva (aunque la caza, captura y consumición de grandes simios está prohibida, es la mayor amenaza de esta especie); en segundo lugar, la pérdida y degradación de su hábitat (por la destrucción de su hábitat debido a la agricultura de tala y quema y la explotación forestal; por las industrias mineras y petroleras, que a su vez conllevan la construcción de carreteras, raíles y otras infraestructuras; por la agricultura industrial como plantaciones de aceite de palma…); y, en tercer lugar, por enfermedades víricas infecciosas como el Ébola (EVD) u otras zoonosis transmitidas por los humanos debido a nuestra similitud (a través del turismo, por ejemplo).
Consideraciones clínicas
Lugares de venopunción
Las venas de elección para extracción de sangre y colocación de un catéter intravenoso son la femoral, la safena y la cefálica.
Manejo
Se desaconseja la contención física o manual en esta especie, puesto que supone un peligro tanto para el animal como para nosotros. Lo más recomendable sería lograr mediante entrenamientos veterinarios que el animal acceda de forma voluntaria a las zonas de contención y permita la exploración y la inyección manual, evitando así el uso de teleinyección y el estrés añadido que conlleva. Para ello, se puede entrenar con condicionamiento operante, clicker y refuerzo positivo a los chimpancés para que accedan a las estaciones de pesaje, a las zonas de recolección de orina y a las áreas de manejo temporales, donde podrá realizarse la inspección, auscultación e incluso la administración de medicamentos o la extracción de sangre. Esto último se ha conseguido mediante un tubo que puede añadirse al recinto, donde el animal entrenado introduce el brazo permitiendo el acceso a su vena cefálica. Esto presenta una doble ventaja; no solo se reduce el estrés mencionado anteriormente sino que, al no inyectar ketamina (que disminuye el hematocrito y la hemoglobina) a distancia para realizar la extracción, habrá una menor alteración de los parámetros en el hemograma.
Cuando el animal no esté entrenado o no se pueda recurrir a este método por otras causas, recurriremos a la inmovilización química (explicada a continuación en el apartado de anestesia).
Anestesia
Requiere de un periodo de ayuna previo de 12-24 horas, seguido de la inyección de un anestésico o una combinación de ellos por vía intramuscular para la inducción, y del mantenimiento con anestésicos inhalatorios en procesos que superen los 30 minutos (que serán la mayoría de exámenes rutinarios).
En primer lugar, tras el ayuno, se inyecta el anestésico intramuscular manualmente si el animal lo permite o mediante dardos si no es así. El 34% de los veterinarios encuestados por la AZA emplea Telazol (tiletamina con zolazepam) en una dosis de 3-6 mg/kg, seguidos por un 25% que utiliza una combinación de ketamina (5-7 mg/kg) con medetomidina (0,025-0,7 mg/kg).
A continuación, se espera hasta que el animal está inconsciente y, cuando no responde a estímulos, dos ATVs o veterinarios entran juntos al recinto dejando una vía de escape mientras un tercero vigila desde el exterior. Las dos personas que entran deben volver a asegurarse antes de manipular manualmente al animal de que éste se encuentra inconsciente, y tras esto ya pueden utilizar una red como contención secundaria y modo de transportarlo al exterior del recinto, cuidando que su cabeza no cuelgue hacia atrás o se golpee con las paredes durante el transporte. Debe mantenerse esta red hasta que el chimpancé esté intubado y mantenido con la siguiente administración de anestésicos.
Para el mantenimiento, el 22% de los veterinarios encuestados utilizan isoflurano o sevoflurano con oxígeno, mientras que el 50% administra otra dosis de ketamina menor a la inicial (1-2 mg/kg)
Durante el procedimiento anestésico y posteriormente, es trabajo del ATV monitorizar al paciente, para lo que debe controlar las frecuencias cardiaca y respiratoria (mediante palpación, observación o auscultación), el pulso (que debe ser FRISS durante todo el proceso), el TRC (que debe ser menor de 2 segundos), la temperatura (que debe ser de unos 37,2 oC), la saturación de oxígeno (mediante un pulsioxímetro, debe estar entre el 97-100% mientras se le esté administrando oxígeno)…
Tras realizar los procedimientos deseados al animal, lo ideal es volver a introducirlo en el recinto en un lugar seguro y vigilarlo hasta que despierte por completo de forma gradual pero, si hubiese alguna complicación durante la anestesia, se pueden emplear antídotos de los fármacos anestésicos para revertir su efecto. Así, si se había inducido con medetomidina, se administrarán 5 mg de atipamezol por cada mg de esta; mientras que si había sido inducido con Telazol se puede emplear doxapram (aunque no es un antagonista como tal, puede revertir los efectos adversos) o flumazenilo (que sólo revertirá la acción del zolazepam).
Patologías más frecuentes
Patologías bacterianas: Son comunes las infecciones por Salmonella, Shigella, Campylobacter, Yersinia y Mycobacterium spp. (M. tuberculosis y M. leprae, que afecta principalmente a chimpancés en libertad).
Otra enfermedad de origen bacteriano es el ENGS (Síndrome Epizoótico Neurológico y Gastroentérico), causado por un tipo de bacteria Sarcina descubierta recientemente, que se encuentra en el medio ambiente. Esta enfermedad se presenta en algunos animales con síndromes neurológicos, otros presentan un cuadro gastrointestinal, y otros ambos. Es una enfermedad de creciente preocupación debido a su alta gravedad y mortalidad (59 de 60 chimpancés infectados en un santuario de Sierra Leona murieron).
Patologías parasitarias: Causadas principalmente por Gongylonema pulchrum, Entamoeba histolytica, Balantidium coli, Troglodytella, Enterobius sp. (oxiuros) y Strongyloides sp. Patologías víricas: Existen una gran cantidad de virus que afectan a esta especie, en muchos casos zoonóticos, por lo que es especialmente importante la vacunación, la bioseguridad y la autoprotección. Algunos de estos virus son: Virus del Ébola (es una zoonosis y afecta a chimpancés en libertad, siendo una de sus principales amenazas), Virus de Inmunodeficiencia de Simios (VIS, también zoonótico), Spumavirus de Simios (SFV, zoonosis), Virus Herpes Simple tipo 1 y 2 (HSV-1, HSV-2, siendo el de tipo 1 zoonosis con alta mortalidad), Influenza tipo A y B (Gripe A y Gripe B), Virus Sincicial Respiratorio (RSV), Adenovirus de los Simios (SA-8), Sarampión, Varicela (VVZ), Virus de Epstein-Barr (VEB), Hepatitis A y Hepatitis B, Poliomavirus (zoonosis), Papovirus SV-40… Y gran cantidad de enfermedades compartidas con los humanos por su similitud, como enterovirus, rinovirus, reovirus… Problemas cardíacos: Son muy comunes en chimpancés, y una de las mayores causas de mortalidad en cautividad.
Trastornos psicológicos: Se han hallado trastornos psicológicos similares a los que padecen los humanos en chimpancés provenientes de circos y espectáculos o de tenencia como mascotas. Algunos de ellos son Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD), Trastorno de Estrés Postraumático Complejo, depresión mayor, ansiedad generalizada, Trastorno Obsesivo Compulsivo (OCD)…
Programa de medicina preventiva
Un buen programa de medicina preventiva incluye un proceso de cuarentena (a la llegada del animal al nuevo centro o recinto), revisión del historial médico, observaciones diarias del cuidador e informe por parte de este a los veterinarios, exámenes físicos rutinarios, vacunación, control de parásitos, nutrición adecuada, y monitorización para buscar problemas de salud.
Observaciones diarias: Cómo se relaciona con otros chimpancés, con los cuidadores y con el medio; apetito; excreciones; signos de lesión o enfermedad.
Examen físico rutinario y de cuarentena: Debería realizarse cada 2 años y durante el proceso de cuarentena, y requiere de anestesia general o de colaboración del chimpancé si está entrenado para aceptar voluntariamente la palpación, auscultación, examen de ojos y oídos, examen dental…También se deberían realizar extracciones de sangre (para hemograma, perfil bioquímico, serología viral, determinación del grupo sanguíneo si aún no se sabe y prueba de marcadores de enfermedad cardiaca para chimpancés mayores de 30 años), muestras fecales o cultivo rectal en individuos con diarrea (para buscar bacterias como Shigella, Salmonella, Campylobacter, Yersinia o Clostridium), una prueba para detectar tuberculosis (por ejemplo un lavado traqueal o las pruebas de tuberculina o de interferón gama), imagenología (radiografía y, para chimpancés mayores de 30 años, ecocardiografía), y un chequeo viral de los principales virus que afectan a esta especie (mencionados en el apartado anterior)
Vacunación: Se debe vacunar a los chimpancés contra influenza, rabia (vacuna muerta, primera dosis a los 6 meses de edad, y después una dosis anual), poliomielitis (vacuna inactivada, al año o dos años de edad) DPT (vacuna cada 10 años para difteria, tos ferina y tétanos), MMR (para sarampión, paperas y rubéola). A los pacientes geriátricos se les puede administrar también una vacuna contra neumococos si el veterinario lo considera oportuno.
Control de parásitos: Se debe realizar un análisis coprológico por flotación para detectar huevos de parásitos internos durante el periodo de cuarentena y cada 6 meses, y se recomienda incluir un frotis fecal directo para obtener más información. Si se detectan parásitos, se iniciará el tratamiento antiparasitario específico recomendado por el veterinario y se monitorizará la evolución del chimpancé o chimpancés afectados. Para los helmintos que afectan a esta especie (principalmente oxiuros y Strongyloides sp.) se puede requerir un control mensual de los mismos durante 12-18 meses, y si se detectasen infecciones recurrentes deberán ser tratadas con antihelmínticos. En cuanto a los protozoos (Balantidium coli y Troglodytella), no suelen provocar enfermedades clínicas en esta especie, pero debe evitarse la dispersión a los recintos de otros animales por fómites transportados por los humanos. Por último, se recomienda desinfectar las superficies impermeables, reemplazar el sustrato, y retirar la materia fecal de forma rutinaria, ya que en ocasiones los chimpancés presentan coprofagia y podrían ingerir huevos de parásitos presentes en las heces.
Control de plagas: Para evitar plagas de roedores, que presentan hábitos nocturnos, se recomienda retirar los restos de alimentos al final del día para que por la noche el recinto quede limpio y no entren siguiendo su olor.
Prevención de zoonosis: Para intentar prevenir todas las zoonosis mencionadas en el apartado de enfermedades, es obligatorio el uso de EPIs (guantes de látex, máscaras y batas quirúrgicas) y otras medidas de bioseguridad como pediluvios para entrar y salir de las zonas de cuarentena o tener contacto con animales con sospecha de alguna de estas enfermedades. De igual forma, se debe prevenir la transmisión de enfermedades del humano al chimpancé.
Conclusión
Como vemos, el chimpancé es una de las especies más difíciles de mantener en cautividad debido a sus altos requerimientos cognitivos, su gran sociabilidad, curiosidad y nivel de actividad; por lo que la instalación, el enriquecimiento ambiental y la elección de los integrantes del grupo será clave en su bienestar. Además, debemos recordar siempre su gran similitud con los humanos y cómo esta afecta a la transmisión de enfermedades zoonóticas en ambos sentidos, por lo que hay que ser especialmente estrictos en la aplicación de las medidas de bioseguridad con esta especie.
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